En todos los seres humanos pero también en los mamíferos, el cerebro está constantemente activo. Esta actividad es en realidad una oscilación electromagnética: hablamos de ritmo cerebral. El estado fisiológico y psicológico de un ser humano se caracteriza por este ritmo cerebral. El estudio de esta oscilación se estudia en neurología con el EEG (  o electroencefalograma). Lo que observamos es la actividad electromagnética de las neuronas que se comunican entre sí gracias a las sinapsis.

Cualquier oscilación se caracteriza por su frecuencia y su período. Expresada en Hertz (Hz), la frecuencia corresponde al número de oscilaciones de un fenómeno periódico por unidad de tiempo. Generalmente es una frecuencia temporal f, ligada al período T (expresado en s) del fenómeno observado por la siguiente fórmula: f = 1/T. Por ejemplo, una oscilación a una frecuencia de 1 Hz es un fenómeno que se repite cada segundo.

La actividad cerebral en humanos se clasifica en intervalos de frecuencia. Cada intervalo de frecuencia puede estar asociado con un estado de conciencia y ciertas características fisiológicas o psicológicas.

 

Por ejemplo, cuando medimos la actividad cerebral de alguien que está durmiendo, notaremos varias fases en la noche con, para cada una, una actividad cerebral distinta:

• en el sueño profundo hay una actividad cerebral muy lenta, con un rango de frecuencia característico de 0,1 a 4 Hz. Esta es la fase más recuperativa para el cuerpo.

•   en el sueño REM tendremos una actividad cerebral algo más rápida: de 4 a 7Hz. Esta es una fase crucial para la memoria (el proceso de almacenamiento y consolidación de la información) y que es particularmente propicia para los sueños.